Los entendidos en la materia, marcan la división de este gas en dos tipos:
Ozono bueno, el que ocurre naturalmente en la atmósfera superior de la Tierra de 15 a 50 kilómetros por encima de su superficie, donde forma una capa protectora que nos defiende de los dañinos rayos ultravioleta del sol.
Ozono malo, es el que se forma en la atmósfera inferior de la Tierra, cerca del nivel del suelo, cuando los contaminantes emitidos por automóviles, plantas generadoras de energía, calderas industriales, refinerías, plantas químicas, y otras fuentes, reaccionan químicamente en la presencia de la luz solar. Éste es el dañino para los humanos, e incluso para los animales.
Las enfermedades pulmonares crónicas, tales como el asma, enfisema y la bronquitis, pueden empeorar por la exposición constante al ozono, según datos de la EPA; y la irritación del sistema respiratorio, reducción de la función pulmonar, inflamación y daños el recubrimiento del pulmón son problemas ocasionados por el gas a nivel del suelo.
Hay un cierto sector de personas que son más propensas a sufrir enfermedades por la exposición constante del ozono, a estas personas se les conoce como “grupo sensitivo” y son los siguientes: Los niños y adultos que pasan la mayoría del tiempo al aire libre; las personas con enfermedades respiratorias y las que son susceptibles al ozono a pesar de ser saludables —las causas aún no se conocen.
Estas personas son sensitivas al ozono cuando están activas al aire libre. La actividad física —tal como correr o trabajar afuera— causa que las personas respiren más rápida y profundamente. Durante la actividad física, el ozono penetra más dentro de las partes del pulmón que tienen mayor susceptibilidad.
Otro grupo que podría verse vulnerado ante los efectos del gas, son los ancianos o las personas con enfermedades cardíacas, pero las evidencias aún son pocas para determinar esto, lo único seguro, es que, como otros adultos, los ancianos tienen un mayor riesgo debido a la exposición al ozono si padecen de enfermedades respiratorias, están activos al aire libre, o son susceptibles al ozono tal como se describe antes, así lo refleja el estudio realizado por EPA.
También, estudios realizados en animales, sugieren que el ozono malo, como lo califica EPA, reduce la capacidad del sistema inmunológico para defenderse de infecciones bacterianas en el sistema respiratorio.
EFECTOS DEL OZONO EN LA SALUD DE LAS PERSONAS
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